Siempre habíamos mirado lejos. ¿Sería necesario aprender a vivir al día? (...) No mirar demasiado lejos. A lo lejos estaban los horrores de la muerte y de los adioses; los postizos, las ciáticas, las invalideces, la esterilidad mental, la soledad en un mundo extraño que ya no comprendemos y que continuará su curso sin nosotros. ¿Lograré no alzar mi vista hacia esos horizontes? ¿O aprenderé a percibirlos sin espanto? Estamos juntos, ésa es nuestra posibilidad. Nos ayudaremos a vivir esta última aventura de la cual no regresaremos. ¿Eso nos la hará tolerable? No sé. Esperemos. No tenemos elección.
Simone de Beauvoir
(filósofa y escritora francesa, 1908-1986)
fuente: La Mujer Rota, La edad de la discreción