Frases de Friedrich Nietzsche

Todos quieren llegar al trono: su demencia consiste en creer —¡que la felicidad se sienta en el trono! Con frecuencia es el fango el que se sienta en el trono— y también a menudo el trono se sienta en el fango.

Es verdad: nosotros amamos la vida no porque estemos habituados a vivir, sino porque estamos habituados a amar.

Siempre hay algo de demencia en el amor. Pero siempre hay también algo de razón en la demencia.

¿Buscamos paz, tranquilidad y dicha? No; buscamos sólo la verdad, aunque ésta fuese repulsiva y horrible [...] Aquí se separan los caminos de los hombres: ¿quieres paz espiritual y felicidad?, cree; ¿quieres ser un apóstol de la verdad?, entonces busca.

¿Eres tú aire puro, y soledad, y pan, y medicina para tu amigo? Más de uno no puede librarse a sí mismo de sus propias cadenas y es, sin embargo, un redentor para el amigo.

Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes.

Una mente que aspira a grandes cosas, y que pretende lograrlas, debe ser necesariamente escéptica.

La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta: lo que en el hombre se puede amar es que es un tránsito y un ocaso.

Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.

Por lo que más se nos castiga es por nuestras virtudes.