Mis cortesanos me llamaban el Príncipe Feliz, y en verdad lo era si el placer es la felicidad. Así viví y así morí. Y ahora que estoy muerto me han colocado aquí arriba, tan alto, que puedo ver toda la fealdad y toda la miseria de mi ciudad. No obstante mi corazón de plomo, no hago sino llorar.
Oscar Wilde
(escritor, poeta y dramaturgo irlandés, 1854-1900)
fuente: El Principe Feliz