Estas tres cosas -autonomía, complejidad y relación entre esfuerzo y recompensa- son, según conviene la mayoría de la gente, las tres cualidades que tiene que tener un empleo para satisfacer a quien lo desempeña. En última instancia, no es tanto el dinero que ganamos lo que nos hace felices de nueve a cinco. Se trata más bien de si nuestro trabajo nos llena. Si le dieran a elegir entre ser arquitecto por 75.000 dólares al año y trabajar todos los días en una cabina de peaje durante el resto de su vida por 100.000 dólares al año, ¿qué elegiría? Seguramente lo primero, porque ofrece complejidad, autonomía y una relación entre el esfuerzo y la recompensa que por otra parte implica el mero hecho de hacer un trabajo creativo; y para la mayor parte de nosotros esto vale más que el dinero.
Malcolm Gladwell
fuente: Los Fuera de Serie: Por qué unas Personas Tienen Éxito y Otras No
temas: esfuerzo, recompensa, trabajo