Frases del libro La Caverna

El alma humana es un pozo infestado de contradicciones.

No hay gran diferencia entre las cosas y las personas, tienen su vida, duran un tiempo, y al poco acaban, como todo en el mundo.

No tengo la seguridad de nada, salvo de que no podemos seguir aquí parados a la espera de que el mundo se nos caiga encima.

Gracias por la esperanza que me llevo de aquí, ya es algo, la esperanza nunca ha sido de fiar, eso pienso, pero qué le vamos a hacer, a algo tendremos que acogernos en las horas malas.

La peor pena, (...), no es la que se siente en el momento, es la que se sentirá después, cuando ya no haya remedio.

Se dice que el paisaje es un estado del alma, que el paisaje de fuera lo vemos con los ojos de dentro.

Conozco esas lágrimas que no caen y se consumen en los ojos. Conozco ese dolor feliz, esa especie de felicidad dolorosa, ese ser y no ser; ese tener y no tener, ese querer y no poder.

Pretendemos comprender la vida a través de sus coherencias e identidades, cuando ciertamente estas se explican por si solas y no nos aportan nada. Deberíamos buscar la comprensión a partir de sus contradicciones pues estas si nos aportan información de la vida y la realidad.

Hay quien se pasa la vida entera leyendo sin conseguir nunca ir más allá de la lectura, se quedan pegados a la página, no entienden que las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río, si están allí es para que podamos llegar a la otra margen, la otra margen es lo que importa.